viernes, 21 de septiembre de 2012

Microrelatos

Como ya comenté, gané el concurso que anteriormente había perdido.
Presenté tres relatos, el primero fue el ganador. Las frases subrayadas son las que se debían usar como comienzo o final del relato.
Espero que os gusten >//<

Decisión
  
 No sabía si subir o bajar. Llevaba horas deambulando en aquel pequeño salón.

Reflexioné sobre mi vida, y lo que había traído consigo. Dolor, alegría, buenos y malos momentos… Me di cuenta de que hubo algo que siempre estuvo presente en ella, la soledad.
    
Todo había ocurrido muy deprisa. Ese día, después de que aquel sentimiento de soledad se desbocara, decidí súbitamente que me tiraría de aquel edificio.
    
Entonces, lo que fuera que nos creó, me dio la oportunidad de decidir sobre mi destino. Quería que juzgara a qué lugar pertenecía: escaleras abajo, lugar de almas solitarias y atormentadas, o escaleras arriba, lugar de almas felices y despreocupadas.
   
Intuía que si permanecía más tiempo allí enloquecería. No sabía a dónde pertenecía, durante toda mi vida nunca lo supe.
   
La soledad invadió mi vida, pero no quería bajar por esas tenebrosas escaleras, además, tenía que haber una buena razón para que me permitieran escoger, no podía ser tan simple.
  
Me quedé sentado en un cómodo sofá, por la eternidad, nunca supe ni sabré la opción por la cual optar.



Sentencia
   
Y lo declararon culpable.

Había una gran lista, en la cual se hallaban impresos todos y cada uno de sus numerosos crímenes.
    
Asesinó una inocencia, una juventud, una pasión, una confianza, un amor propio, una autoestima, un carácter… y muchos sentimientos.
    
Aunque, el más atroz de sus crímenes, fue sin duda: romper un corazón.





Menudo
    
Era pequeño, menudo incluso para los de su clase.
    
Cada día, nada más despertar, comenzaba con sus labores. Buscaba sustento para su familia, algo numerosa. Corría de acá para allá, con la esperanza de no ser descubierto. Y yo, desde mi sofá lo observaba, admiraba su trabajo, su valor y todas esas cosas que yo nunca tuve.
    
Vivía bajo mi techo, en mi hogar. Él y su familia se alimentaban de mi comida, la cual con mi esfuerzo yo conseguía, tal y como él lo hacía.
   
Ayer, por fin me acerqué a él con la intención de charlar un rato. Él huyó despavorido, creyó que lo atacaría. Entre halos de confusión ocurrió, muy rápidamente… al aplastarlo con el zapato, hizo crac.



(no encuentro ninguna imagen que pueda describir esto... sería algo... :S)




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